La pequeña porción de espectro electromagnético que tiene longitudes de onda incluidas entre los 100 y los 400 NM, constituye el intervalo de la radiación ultravioleta; los UV-C forman parte del subintervalo caracterizado por las longitudes de onda comprendidas entre los 100 y los 280 NM. Las ondas electromagnéticas, según su longitud de onda y su amplitud, interactúan con la materia generando efectos de distinta naturaleza; debido a su destacado poder germicida resulta especialmente interesante la radiación UV-C con l=254 NM.
El alto poder germicida de la longitud de onda se debe a la capacidad de interactuar con el ADN y en el vínculo de sus componentes fundamentales (nucleótidos). El ADN es una macromolécula presente en todo organismo vivo en la cual residen todas las informaciones necesarias para la vida y la reproducción. La alteración de algunos de los vínculos químicos, inducida por radiación UV-C, está en condiciones de cambiar la información contenida y transmitida por el ADN; esas modificaciones impiden la actividad normal de reproducción celular, lo que conduce de manera irreversible a la muerte celular.
Más información